viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Cuantas veces nos callamos por no decir a alguien la verdad? Pero también callamos para no mentir, sin pensar que callar es ocultar, y ocultar es no decir la verdad, una forma de mentir. Y callamos para no escuchar lo que nosotros mismos tenemos que decir, nos da miedo escucharnos. En algunas otras ocasiones callamos para no hacer daño. Pero a veces hacemos daño por callar. Y hablar es una solución. Una respuesta. Un desahogo. Pero cuando a uno algo lo agobia, tiende a callar por naturaleza. Por miedo a contar. Por miedo a lo que le van a decir. Por miedo a hacer daño. Y por miedo nos privamos de tanto, que cuando queremos ver cargamos un bolso de cosas para decir, a este o aquel. Y cada vez pesa más. Un bolso con palabras y más palabras. Un bolso con verdades, con sentimientos, con realidades. Y vamos cargando ese bolso día a día como si uno de esos días nos fuéramos de viaje... ¿hacia donde vamos con ese cargamento? Tal vez pensemos que algún día lo diremos. Entonces, mientras tanto seguimos cargando el bolso, para un día irnos de viaje... de viaje a romper el silencio. Y ese día nunca llega... o tal vez sí.

5 comentarios:

  1. Me encanta. Escribis cosas hermosas, esta entrada me hizo entender muchas cosas, te darias una vuelta por mi blog?
    te sigo, beso :)

    ResponderEliminar
  2. Me encanta lo que escribes, te sigo :)

    UN BESO!

    ResponderEliminar
  3. Ya te echaba de menos... esta entrada me ha impactado T.T...
    Gracias por tener siempre una entrada en la que me sienta identificada y poder sentir que no soy tan diferente al resto del mundo...
    Un beso ^^

    ResponderEliminar
  4. es lo malo..cuando ese dia nunca llega porque vas acumulando un monton de cosas y eso no puede desembocar en nada bueno! un besoo

    ResponderEliminar
  5. Pero quizás cuando lo queramos decir, sea lo que sea, ya sea demasiado tarde y no tenga sentido decirlo..., hermosa entrada (:, te sigo ^^

    ResponderEliminar